Un misil balístico de Corea del Norte recorre mil kilómetros, el vuelo más largo registrado hasta ahora y pone en alerta a Japón
En una prueba que Pyongyang ha calificado como "crucial" para fortalecer su capacidad de disuasión nuclear, Corea del Norte lanzó este jueves un misil balístico intercontinental, uno de los más poderosos hasta la fecha, según confirmaron las autoridades militares de Corea del Sur. El misil, que alcanzó una altura sin precedentes de 7.000 kilómetros y recorrió aproximadamente 1.000 kilómetros, fue disparado desde la región de Pyongyang hacia el mar de Japón, causando una ola de reacciones en la comunidad internacional.
El líder norcoreano Kim Jong Un supervisó el lanzamiento y destacó su importancia como una advertencia directa a los rivales de su país, según la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA). “El lanzamiento de prueba es una acción militar apropiada que cumple plenamente el propósito de informar a los rivales de lo que será nuestra respuesta", afirmó Kim durante la operación.
Corea del Norte suele realizar pruebas de sus misiles de largo alcance con una trayectoria vertical, evitando así que estos sobrevuelen territorio de sus vecinos y minimizando el riesgo de incidentes internacionales. Esta vez, el lanzamiento movilizó a las fuerzas armadas de Japón, cuyos sistemas de alerta detectaron el misil. El ministro de Defensa japonés, Gen Nakatani, indicó que el tiempo de vuelo y la altura alcanzada representan un avance significativo respecto a pruebas anteriores.
El lanzamiento del jueves se suma a una serie de pruebas de armamento norcoreano, entre las cuales destaca la realizada en septiembre con el misil balístico de corto alcance Hwasong-11, el cual, según el régimen, tiene la capacidad de transportar una ojiva de 4,5 toneladas.
Ante el acto, Estados Unidos condenó lo que considera una "violación flagrante" de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y solicitó a la comunidad internacional que se pronuncie en contra. "Instamos a todos los países a condenar estas violaciones y pedimos a Corea del Norte que cese sus acciones desestabilizadoras y entable un diálogo serio", declaró Sean Savett, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU.
El lanzamiento ocurre en un momento de crecientes tensiones entre Corea del Norte y sus críticos, principalmente Estados Unidos y Corea del Sur, quienes han pedido a Pyongyang que retire a los 10.000 soldados norcoreanos enviados a Rusia en apoyo al conflicto con Ucrania. Según analistas, esta prueba de misiles podría tener como objetivo desviar la atención internacional de su apoyo militar a Moscú.
Yang Moo-jin, presidente de la Universidad de Estudios Norcoreanos de Seúl, explicó que el lanzamiento del misil "parece haber sido una estrategia para restar importancia a las críticas internacionales sobre el envío de tropas norcoreanas a Rusia".
El suceso subraya el complejo escenario de seguridad en el noreste de Asia, donde Corea del Norte sigue avanzando en su programa de misiles mientras desafía las sanciones y advertencias de la comunidad internacional.
Mientras tanto, en una cumbre de defensa en Washington, el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, y su homólogo surcoreano, Kim Yong-hyun, se expresaron en "los términos más enérgicos" contra la cooperación militar entre Corea del Norte y Rusia. Austin mostró su creciente preocupación por el uso de soldados norcoreanos en la región de Kursk, donde el presidente Vladimir Putin parece dispuesto a intensificar el conflicto en Ucrania.
Las armas norcoreanas en Ucrania
Estados Unidos ha advertido también sobre el creciente flujo de material bélico entre Pyongyang y Moscú. Desde el verano pasado, Corea del Norte habría enviado a Rusia alrededor de 16.000 contenedores llenos de proyectiles, cohetes y misiles. En junio, ambos líderes, Putin y Kim, renovaron un pacto de cooperación militar de la era de la Guerra Fría, gesto que generó temores sobre una posible alianza para contrarrestar la cooperación entre Corea del Sur y Estados Unidos.
Expertos en seguridad surcoreanos y estadounidenses ven la colaboración entre Corea del Norte y Rusia como un intercambio estratégico en el que Moscú proporciona tecnología militar avanzada a cambio de recursos militares. Según los analistas, Pyongyang busca obtener conocimientos para avanzar en sus programas de misiles y satélites, lo cual podría ser un juego peligroso en el equilibrio de poder del noreste de Asia.
Este despliegue no solo eleva las tensiones en la región, sino que también representa un desafío para la política de seguridad de Washington y sus aliados en Asia, que ahora enfrentan una mayor complejidad en el ya tenso entorno geopolítico de la región.