La gripe aviar se propaga sin control entre las aves del norte de Europa

Horning Uden lleva 55 años criando especies raras de patos en su granja de Frisia oriental, cerca de Westgroßefehn (Alemania). Durante los últimos dos años ha contemplado la muerte más o menos esporádica de aves a causa de la gripe aviar, especialmente la pasada temporada, «pero lo que está pasando este verano es devastador», describe. «Las aves migratorias, como los gansos percebes y las grullas, propagan la enfermedad a una velocidad vertiginosa. Contamos con establos desde mediados de noviembre, pero nuestras aves acuáticas deben poder salir porque la reproducción tiene lugar en el agua», comenta con preocupación. Uden se ha quedado sin gansos hawaianos ni gansos percebes y ha tenido que sacrificar más de cien pollos. Según el director general de NGW, Dieter Oltmann, «estamos muy lejos de ver la luz del túnel» . «Criamos exclusivamente para la preservación de la especie», sentencia Uden, «la vacunación contra la gripe aviar es urgente, de lo contrario no tenemos ninguna posibilidad». La vida de una granja de pollos de engorde en el distrito de Neuernlande, en Ganderkesee, también se ha visto alterada desde el 17 de septiembre. Un brote de gripe aviar descubierto en la explotación ha obligado a sacrificar todos los animales y, con el fin de contener la propagación, alrededor de 178 granjas avícolas en la zona, con alrededor de 3.184 animales en conjunto, están siendo detalladamente examinadas. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 2180 Código APP El mayor peligro, sin embargo, no está de momento en las granjas, sino en las colonias de aves en libertad. Y no se constriñe a una región concreta, sino que se extiende desde Finlandia a las islas Feroe, desde Rusia hasta Portugal. Aves muertas, nidos abandonados, temporada de reproducción perdida... son las primeras consecuencias que los expertos anotan al final de un verano en el que la gripe aviar ha adquirido «una calidad completamente nueva». «Ha proliferado con más violencia de lo habitual y el proceso de infección se acelera», advierte Timm Harder, el jefe del laboratorio de referencia nacional para la gripe aviar, en el Instituto Friedrich Loeffler (FLI), cerca de Greifswald. Calcula que decenas de miles de aves han sido víctimas del virus solo en el Mar del Norte. «Una gran ola de verano se ha llevado colonias enteras de aves marinas. Los charranes y gaviotines, en particular, se han visto afectados, pero también las aves pelágicas como los alcatraces», dice. En el Mar Báltico la sufren principalmente los cormoranes, pero también las gaviotas reidoras. Se ha registrado una incidencia masiva no solo en el área alemana, sino también en las Islas Británicas y en Escandinavia, hasta Islandia. «Tenemos noticias también de que América del norte está afectada por este virus», continúa, apuntando a la existencia de una verdadera pandemia entre las aves silvestres. Supervivencia en peligro En las islas deshabitadas de Farne, en el noreste de Inglaterra, se han recogido y quemado más de 3.000 aves muertas. En los casi cien años que el National Trust lleva supervisando las Islas Farne, no se había dado una situación «tan amenazante para nuestras poblaciones de aves marinas, que ya eran vulnerables de por sí», reconoce Simon Lee, que habla de una «tragedia sin precedentes para la vida silvestre». Sospecha que los ejemplares muertos recuperados suponen solamente una pequeña parte del total de las víctimas, porque la mayoría de los pájaros afectados habrán caído enfermos desde los acantilados al mar. Esta reserva natural de las Islas Farne, frente a la costa de Northumberland en el noreste de Inglaterra, se considera una de las áreas naturales más importantes de Gran Bretaña y alberga alrededor de 200.000 aves, incluidos araos y frailecillos. Alrededor de 45.000 turistas suelen visitar las islas cada año, pero desde principios de julio ha sido necesario cerrarla al público debido a la rampante infección. Para los humanos, el riesgo de contraer la enfermedad se considera muy bajo, aclaran los responsables de la reserva, pero la población de aves se ve ya tan debilitada que han preferido redoblar las precauciones para su preservación. National Trust ha solicitado al gobierno británico que intervenga en la crisis. Considera necesario establecer tareas de vigilancia coordinada y una investigación ampliada sobre el impacto que podría teneralcatra el brote en la vida silvestre británica. Los recientes acontecimientos políticos, el cambio de jefe de gobierno y la sucesión en el trono, sin embargo, han retrasado el proceso. Según Martin Rümmler, consultor para la protección de aves en la asociación naturalista alemana Naturschutzbund Deutschland (Nabu), la gripe aviar amenaza no solo de forma parcial a las poblaciones de aves silvestres, sino que pone en peligro además la supervivencia de especies enteras en Alemania. Entre ellas cita los alcatraces del norte, que en Alemania se reproduce exclusivamente en Heligoland. Se han recogido en las Islas Farne 3.000 aves muertas. Se cree que muchas más han caído por los acantilados enfermas «Eso significa que si esa colonia se extingue, la especie se extinguirá en Alemania» , aclara. Se basa en las estimaciones de la asociación de protección de aves de Jordsand, según las cuales entre el 70% y el 80% de los nidos han sido abandonados prematuramente este año. Según Rümmler, se ha observado reiteradamente que los animales padres mueren en el camino, mientras buscan comida para las crías, que mueren posteriormente de inanición. «Solo se podrán evaluar realmente las consecuencias el próximo año», lamenta. «cuando veamos cuántos adultos regresan, anidan y cuántos comienzan a reproducirse de nuevo». En cuanto a las zonas geográficas, Harder señala que las regiones de Schleswig-Holstein y Baja Sajonia han sido las más afectadas en Alemania durante el verano, mientras que en Mecklemburgo-Pomerania Occidental se han producido solamente brotes más aislados. A la pregunta sobre si todavía es posible contener la enfermedad, el experto responde con tono pesimista. Los cadáveres infectados se pueden recolectar de forma relativamente rápida para prevenir más infecciones. Pero, «ciertamente, el virus ya no se puede contener de esta manera», expresa con desolación, «a este respecto, la epidemia llegará a su fin cuando ya no haya huéspedes susceptibles de seguir siendo contagiados». Claro está que queda la posibilidad de que las aves desarrollen algún tipo de inmunidad por sí mismas, pero los datos obtenidos hasta ahora no apuntan a que se trate de una hipótesis confiable. Y aunque solo se tiene conocimiento de dos infecciones en humanos: una de Inglaterra y otra de EE.UU., ambas sin enfermedad grave, «contamos con información sobre una serie de casos en mamíferos con exactamente este virus». «Zorros, martas, nutrias y, más recientemente, un oso negro han muerto», dice Harder , describiendo el alcance del mal que se contagia por contacto cercano. China, 1996 En el pasado se han dado muertes en humanos en el sudeste asiático o Egipto, pero se trataba de un tipo de virus diferente al hoy dominante. En concreto, se infectaron más de 2.000 personas, de las cuales alrededor del 30% murió. Las infecciones de persona a persona son excepciones muy raras, pero la pandemia de Covid ha demostrado las dimensiones que puede llegar a cobrar la excepción una vez fuera de control. El primer precursor del virus de la gripe aviar, no erradicado aún, se detectó en China en 1996 en aves domésticas, dice Harder. La forma en que se crían y comercializan las aves de corral en Asia, por ejemplo, en los mercados de animales vivos, tiene nichos y rutas de propagación para la nueva influenza.