Investigan si uno de los jóvenes de los Da Silva acudió armado al banquete de la boda de Torrejón
Casiano Romero, al que todos llaman Chano, posa junto a los novios Rubén y Sonia el día de su pedida. La felicidad en aquella primera semana de mayo es máxima y el jolgorio se alarga durante horas en la calle. A finales de septiembre, solo cambia el escenario. Las amigas y familiares de la prometida le organizan una despedida de soltera en el centro de Madrid. Los cantes y las palmas en una terraza de la plaza de Jacinto Benavente llaman la atención de varios curiosos, que no dudan en detenerse para contemplar la animada escena. Falta apenas un mes para el gran enlace, el de una pareja que permanece unida pese al fatídico final que se cobró la vida de cuatro de sus invitados, entre ellos el mismo Chano, cuya pérdida y la de su madre Consuelo se llora estos días en el barrio de Los Ángeles (distrito de Villaverde). Los dos, abuela y tío del ya marido, fueron enterrados ayer en el municipio cacereño de Navalmoral de la Mata. Las otras víctimas del brutal atropello a manos de Micael Da Silva Montoya, Juan Manuel e Iván, este último de solo 17 años, recibieron el lunes sepultura en el cementerio de Carabanchel; un punto especialmente vigilado por la Policía dado el temor a posibles represalias. El exilio forzoso que marca la ley gitana en este tipo de casos ya ha comenzado, sin que por ahora se hayan producido nuevos altercados. Los parientes del detenido portugués , repartidos por el sector 5 de la Cañada Real, los distritos capitalinos de Puente de Vallecas y Villaverde y la localidad toledana de Seseña, entre otros enclaves de la península ibérica, son conscientes de las amenazas veladas, varias de ellas vertidas en redes sociales. Descifrar lo que ocurrió en la esquina de la pequeña calle de Jaén con la avenida de la Constitución, a las puertas del vasto restaurante El Rancho (en Torrejón de Ardoz), no resulta tarea sencilla. Las versiones entre ambas bandos difieren: mientras que los tres detenidos declararon por separado que habían sido tiroteados antes del atropello, la parte contraria asegura que uno de los jóvenes Da Silva juró en los muertos de los gitanos y asestó un puñetazo a un hombre de 60 años. Tras ello, inciden en que varios de los familiares del agredido se fueron a por él y este sacó una navaja. Cuatro o cinco sujetos Los testigos presenciales coinciden en que, con independencia de que llevara o no el arma blanca, este individuo recibió al final de la refriega una gran cantidad de golpes. Se especula también sobre el número de miembros de la rama lusa que fueron invitados a marcharse del banquete. En principio, serían cuatro, los mismos que echaron a correr al ser localizado por la Guardia Civil el maltrecho Toyota Corolla; pero otras voces apuntan a que una quinta persona (se habla de la pareja de uno de los hijos de Micael) acompañaba a los atacantes en el momento de la embestida. Noticia Relacionada estandar No Masacre en la boda de Torrejón: el cortejo a la novia detonó la guerra entre los Da Silva y los Bruno Aitor Santos Moya La familia del novio vetó al convite al clan luso tras conocer las intenciones del sobrino del detenido En cualquier caso, las pesquisas del Grupo VI de Homicidios señalan como único responsable al hombre portugués de 35 años, detenido en Seseña junto a sus hijos, españoles, de 17 y 16. Los menores quedaron en libertad sin cargos el domingo y el juez envío ayer a prisión a su progenitor. Al sobrino ya no se le busca , por lo que su implicación en el atropello, que es en lo que realmente se ha centrado la investigación, queda descartada. Respecto a los más de 3.000 euros encontrados debajo del asiento del conductor del vehículo, los agentes siguen tratando de esclarecer su procedencia, sin descartarse aún que este dinero fuera el regalo de boda que iban a entregar a los novios. En realidad, la cantidad que portaban era mayor , pero en la huida salieron volando numerosos billetes por la luna delantera.