Los demócratas evitan la marea republicana, pero el Congreso sigue sin dueño

La 'marea roja ' -el 'tsunami rojo', según los más optimistas- que esperaban los republicanos en las elecciones legislativas de este martes no se materializó, pero eso no impedirá con probabilidad una recuperación de poder en el Congreso que definirá los dos años que le quedan a Joe Biden de su primer mandato en la Casa Blanca y que sentará las bases de las presidenciales de 2024. Un día después de la cita con las urnas, el recuento avanzaba con lentitud, sin poder determinar con seguridad cómo quedará el reparto de poder en el Congreso : una muestra de la igualdad en muchas elecciones en todo el país, en las que era necesario el recuento hasta el último voto para poder determinar los ganadores. Parece difícil, sin embargo, que los republicanos se queden sin recuperar al menos una de las dos cámaras del Congreso, hasta ahora en poder de los demócratas, pese a mayorías exiguas. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 2400 Código APP Todo apunta a que lograrán la Cámara de Representantes, que se renueva por completo y donde solo necesitaban dar la vuelta a cinco escaños controlados por los demócratas. Por ahora, habían recuperado once distritos , pero los demócratas tenían ciertas posibilidades de obrar la remontada si lo que queda de recuento les favorece por completo, algo que parece difícil. El Senado, en el aire Mientras tanto, todo está en el aire en el Senado, que renueva un tercio de sus escaños y donde los dos partidos empatan en la actualidad a cincuenta senadores, con el voto de calidad demócrata de la presidenta de la cámara, la vicepresidenta Kamala Harris. Allí los republicanos solo necesitaban 'robar' un senador al otro partido, pero es una batalla que podría tardar días y semanas en resolverse. El futuro del Senado queda pendiente de lo que ocurra en Georgia, Nevada y Arizona, después de que los demócratas se adjudicaran una de los grandes tantos de la noche con la victoria de su candidato, John Fetterman , frente a Mehmet Oz -el republicano respaldado por Donald Trump-, en la carrera a senador por Pensilvania. Noticias Relacionadas estandar Si Análisis Una buena noche para Joe Biden David Alandete estandar Si Las elecciones parciales de EE.UU. noquean a Trump David Alandete De esos tres estados, el partido que gane dos se quedará con la mayoría en el Senado. En Georgia se necesitará una segunda vuelta, que se celebrará el 4 de diciembre, ya que ninguno de los candidatos ha alcanzado el 50% de los votos, como exige la normativa estatal. En Arizona y Nevada, dos de esos estados bisagra que dan y quitan poder en EE.UU., el recuento avanzaba ayer con lentitud, el escrutinio muy ajustado y con todos los ojos puestos en esos dos estados del oeste. Si ninguno de los dos partidos gana esos dos estados, habrá que esperar hasta la segunda vuelta en Georgia para decidir la mayoría en el Senado. «Está claro que vamos a recuperar la Cámara», aseguró en un discurso Kevin McCarthy en la madrugada del miércoles, hasta ahora líder de la minoría republicana y que se convertirá en presidente de la Cámara de Representantes si se materializa esa mayoría. «Cuando os despertéis mañana», aseguró a sus votantes, la hasta ahora presidenta, la demócrata Nancy Pelosi, «estará en la minoría». Resistencia de los demócratas Lo decía McCarthy con una sonrisa forzada, una indicación de que la noche no había cumplido con las expectativas. Pelosi todavía no estaba dispuesta a despedirse de su cargo y el recuento ajustado le daba una posibilidad mínima. «Está claro que a los candidatos demócratas les ha ido mucho mejor de lo que se esperaba», dijo la líder demócrata en un comunicado. A la espera de cuál es la composición final del Congreso, las expectativas creadas benefician a los demócratas. Los 'midterms' reparten el poder en el Congreso pero son siempre también un referéndum sobre la gestión del presidente. De forma tradicional, los votantes castigan al partido que controla la Casa Blanca . Este año, los candidatos republicanos comparecían en las elecciones con un Joe Biden hundido en las encuestas -solo aprueba su gestión un 42% de los estadounidenses-, despreciado por su propio partido, en medio de una inflación disparada y acosado por un aumento de la inseguridad. La economía era el asunto que más preocupaba a los estadounidenses, según las encuestas a pie de urna. Pero los resultados hasta el momento muestran que el aborto ha tenido un impacto decisivo, incluso por encima de lo que apuntaban los estudios de opinión. El asunto se puso en el centro de la campaña electoral a comienzos del verano, cuando el Tribunal Supremo -con una mayoría conservadora reforzada tras la presidencia de Trump- eliminó las protecciones constitucionales para el aborto y dejó su regulación al arbitrio de los estados. De forma inmediata, se impuso la prohibición o restricción fuerte del aborto en más de una docena de estados. La reacción de muchos votantes pareció diluida con el paso de la campaña y la persistencia de la inflación, pero las urnas demuestran que ha sido decisivo. Otra sombra planea sobre los resultados: la de Trump, que ha mantenido su control sobre el partido republicano pese a su derrota en 2020 y que ha influido de manera determinante en las elecciones. Muchos de los candidatos que él impulsó en primarias -algunos, para cargos muy influyentes de gobernador, algo de la máxima importancia en EE.UU.- han sido rechazados por los votantes. Castigo para Biden y para Trump La elección del martes ha podido ser un castigo a Biden, pero también a Trump, que sale debilitado porque muchos republicanos interpretarán la cita como una oportunidad perdida: con candidatos menos extremos, menos 'trumpistas', hubieran podido ganar mucho más poder. Eso, unido a la victoria arrolladora del gobernador de Florida, Ron DeSantis , en su estado, enturbia las opciones para el multimillonario en 2024. Trump tiene previsto anunciar su candidatura el próximo martes. Biden y los demócratas trataban de vender los resultados como un triunfo , una remontada. Eso no evita que el presidente quede muy lastrado en los dos años de mandato que le quedan solo con que los republicanos recuperen la Cámara de Representantes: su agenda legislativa se verá frenada en seco y su presidencia quedará empantanada por la multitud de comisiones de investigación que han prometido los republicanos contra el propio Biden -centrada en los negocios de su hijo, Hunter Biden, en Ucrania y China- y otros altos cargos de su Administración, como Anthony Fauci, líder de la gestión contra la pandemia, o su fiscal general, Merrick Garland. La ausencia de debacle demócrata no evita el avance republicano en frentes importantes: las victorias en Florida y en el sur de Texas muestran que sus mensajes calan en el voto hispano , indispensable en el futuro político de ambos partidos; y han arrinconado, e incluso obtenido algunas victorias en bastiones demócratas, como en Nueva York, donde un peso pesado como el diputado Sean Maloney ha caído ante el joven republicano Mike Lawler. Los resultados tan ajustados, que se deciden en un puñado de territorios disputados, inciden en un problema que va más allá de los intereses de republicanos y demócratas: la profunda división de EE.UU., un mal augurio para las presidenciales de 2024.