El palacio de Liria volverá a abrir esta noche sus salones para celebrar la tradicional cena de Nochebuena de la familia Alba, una cita que, con el paso de los años, ha ido transformándose lejos del esplendor multitudinario que marcó la etapa de Cayetana Fitz-James Stuart . Será Carlos Fitz-James Stuart, actual duque de Alba, quien ejerza de anfitrión en una velada marcada por la continuidad de algunas costumbres… y la ausencia de otras. Ya no habrá reparto de regalos bajo un gran árbol navideño, una tradición que el duque ha decidido suprimir, pero el menú mantiene el espíritu de siempre. El pavo relleno y las angulas seguirán ocupando un lugar destacado en una mesa que reunirá a cerca de quince comensales, aunque el comedor principal del palacio tenga capacidad para muchos más. Como viene siendo habitual en los últimos años, no toda la familia estará presente. Tana Rivera celebrará la Nochebuena en Sevilla junto a su padre, Fran Rivera, Lourdes Montes y sus hermanos. Tampoco está confirmada la presencia de Cayetano Martínez de Irujo, que, pese a estar invitado, atraviesa aún el proceso de recuperación tras una intervención en la espalda que podría aconsejarle permanecer en su finca sevillana. No se descarta, sin embargo, que pueda reunirse con sus hermanos en Navidad. Quien sí acudirá a Liria es Jacobo, conde de Siruela, después de varios años de ausencia por motivos familiares. También estarán Eugenia Martínez de Irujo y su marido, Narcís Rebollo, considerados dentro del clan como una figura conciliadora en una familia que no ha vuelto a mostrarse plenamente unida desde el fallecimiento de la duquesa. Las celebraciones de este año reflejan, una vez más, la nueva realidad de los Alba. Desde 2014, las Navidades han ido perdiendo su carácter casi ceremonial para adaptarse a vidas cada vez más independientes y repartidas entre Madrid, Sevilla y otros destinos. La misa del gallo en la capilla del palacio y las grandes reuniones familiares forman ya parte del recuerdo. En este contexto, la ausencia de Cayetano Martínez de Irujo responde también a un cambio vital. El conde de Salvatierra afronta sus primeras Navidades como hombre casado tras su boda con Bárbara Mirjan el pasado mes de octubre en Sevilla. La pareja ha optado por un plan más discreto , previsiblemente en Madrid, junto a la familia de ella, alejados del foco mediático y priorizando la tranquilidad. A ello se suma el proceso de recuperación del aristócrata, que sigue con cautela tras la operación de hernia discal que le obligó a cancelar su luna de miel. Un viaje que, según su entorno, no se retomará antes de 2026. Mientras tanto, Liria vuelve a ser escenario de encuentros navideños. Días atrás, los duques de Huéscar reunieron a un grupo de amigos para una cena previa que terminó prolongándose hasta la madrugada entre música y copas en el palacio, en una celebración joven y distendida que nada tuvo que ver con rumores de homenajes o celebraciones familiares extraordinarias. Así, entre tradición y cambios inevitables, la familia Alba afronta una nueva Nochebuena marcada por la discreción, los equilibrios internos y una manera distinta —más contenida— de vivir la Navidad.
