El debut de un tenor francés
EL tenor francés Ismaël Billy realizará su debut en Cuba con la interpretación de un riguroso programa de concierto en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, en La Habana, el próximo 17 de enero, cuya producción y dirección artística será de Helson Hernández. La presentación tendrá lugar como parte de la etapa prefestival de la edición 41 del Jazz Plaza.
El concierto —comenta Helson— estará caracterizado por un programa compuesto por arias de óperas francesas e italianas, así como obras de compositores que trascendieron en la llamada Chanson Francesa y un romance ruso. Le acompañarán en calidad de invitados los cubanos Vilma Garriga al piano, e integrándose en dúos, la soprano Isabel Torres y el barítono Carlos Manuel González, solistas del Teatro Lírico Rodrigo Prats de Holguín, con quien Hernández ha mantenido en los últimos años una estrecha colaboración en varios proyectos.
El programa incluye, específicamente, momentos de Tosca y La Traviata de Giuseppe Verdi, Carmen de George Bizet, Fausto de Charles Gounod, Los cuentos de Hoffmann de Jacques Offenbach, Adriana Lecouvreur y La Arlesiana de Francesco Cilea, así como temas compuestos por Henri Duparc, Gabriel Fauré, Serguei Rachamaninov y Francesco Paolo Tosti, para finalizar con O sole mio de Giovanni Capurro, Eduardo di Capua y Alfredo Mazzucchi.
La presentación, el sábado 17, a las seis de la tarde, cuenta con el auspicio de la emisora CMBF, el Centro Nacional de la Música de Concierto, el Instituto Cubano de la Música, el Ministerio de Cultura de Cuba, la Oficina del Historiador de la Ciudad y la Embajada de Francia.
Como parte de su visita a nuestro país, Ismaël Billy impartirá una clase magistral el 19 de enero, a las diez de la mañana, en el teatro del Museo Nacional de la Música, especialmente dirigida a jóvenes
cantantes del movimiento lírico cubano de varias procedencias, algunos aún en formación, y alumnos de destacados intérpretes del género en nuestro país como Katia Selva, Bárbara Llanes, Roger Quintana, Ubail Zamora e Ivette Betancourt.
Bailarín de formación clásica, italiano por parte de madre y egipcio por parte de padre, Ismaël Billy encontró su vocación en el canto a través del contacto con Isabelle Germain; posteriormente, fue descubierto por el tenor siciliano Marcello Giordani y el maestro de violonchelo ruso Mark Drobinsky, alumno de Rostropovich en los años 50. Resultó semifinalista del concurso Grandes Voces de África y en 2025 fue nombrado miembro del jurado del Concurso Internacional de Canto Salzburger KlangKrone, junto a Nora Amsellem.
Billy ha compartido escenario con renombrados exponentes del panorama lírico mundial, como el contratenor francés Philippe Jaroussky y Benjamin Bernheim, artista habitual en los principales teatros de ópera del mundo, incluyendo la Ópera Nacional de París. Durante 2022 cantó la Sinfonía del Mar de Vaughn Williams en Brighton, y una versión lírica del himno del Olympique Lyonnais en el Estadio Groupama, destacando también su participación en festivales internacionales y grandes producciones de títulos de la ópera universal.
Sensible al repertorio de la ópera del siglo XIX, Billy interpreta las grandes arias del repertorio italiano, desde Tosca, Elixir de amor, Cavalleria Rusticana, La Arlesiana, Traviata y Turandot, estableciéndose en el repertorio francés con los roles principales para su cuerda de tenor de las óperas Carmen, Los cuentos de Hoffmann, Fausto y Werther. Otro dato interesante sobre el artista galo, añade Helson, es su incursión en la poesía, siendo su último libro Amores siberianos, publicado por Ediciones del Cisne. Este poemario fue galardonado con el Premio Causa Literaria 2018 y reconocido la mejor obra poética de ese año. (Tomado de La Jiribilla)