Una democracia no puede admitir cualquier premisa ni mucho menos vulnerar la ley para comprobarla. Pocos de los que hoy día conducen un Ford a toda mecha sabrán que el padre de su vehículo, Henry Ford, escribió una obra furibundamente antisemita, racista, totalitaria, “El judío internacional” y que declaraba en entrevistas asumir el contenido de los llamados Protocolos de los sabios de Sión. Pero sí, el industrial daba pábulo a un libelo, utilizado al ritmo por Goebbels y de Hitler, que contenía... Читать дальше...