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Superar sin grandes daños tres días de lluvia ininterrumpida es algo dificil para cualquier estación de esquí. Como ya os contamos, Sierra Nevada lo logró, manteniendo todas las zonas y desnivel abiertos de manera bastante digna. Pero durante las fiestas navideñas le ha tocado enfrentarse a una nueva prueba mucho más exigente: tres semanas de altisimas temperaturas sin posibilidad de innivar (salvo unas pocas horas el día 29), con una escasa base, y miles de personas deslizando por las pistas cada día. Y aún así, siguen abiertos más de 50 kilómetros.Es cierto que a ésto ayudan diversos factores como los drenajes de las pistas (esas zanjas que se observan en verano), la escasa humedad del aire, la altitud y orientación de la estación, y el hecho de que la base existente fuese de...'