Camps se enzarza con Correa tras su declaración en el juicio: «Me estás arruinando la vida»

El expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps se ha enzarzado este martes con el cabecilla de la Gurtel, Francisco Correa, por cuenta de su declaración en el juicio que les tiene a ambos en el banquillo de la Audiencia Nacional por una batería de contratos adjudicados a la trama, incluidos un stand de Fitur en 2009. «Eres un mentiroso», «me estáis arruinando la vida», le ha espetado a la salida de la sala de vistas, según testigos presenciales consultados por ABC. Otra persona que estaba en el lugar ha escuchado a Camps decir: «Es un hijo de puta». Su letrado niega este punto. Que Camps no está conforme con la situación ya lo ha dejado claro en sus declaraciones a los medios en dos ocasiones a las puertas del tribunal. La primera, el lunes de la semana pasada, cuando la vista finalmente no arrancó porque su defensa no había tenido acceso a todos los materiales del sumario. Ahí ya cargó contra los pactos que han alcanzado once de los acusados con Anticorrupción para reconocer los hechos, que le pueden incriminar, a cambio de peticiones más bajas de condena. Este lunes, cuando finalmente se iniciaba el juicio, retomaba esa misma idea. Hablaba directamente de «obscenidad». Pero esos acuerdos no han comenzado a materializarse hasta la sesión de este martes, vencido el debate de las cuestiones previas y con la declaración de los acusados, empezando por Correa. Agradecido por no haber llegado en furgón a la Audiencia Nacional sino utilizando un día de permiso penitenciario, se ha esforzado en subrayar tras cada pregunta que no acertaba a responder, que no era por no colaborar con la Justicia sino por falta de memoria o de conocimiento. Noticia Relacionada estandar No Camps reduce a «relatos absurdos» las delaciones en su contra al pie del banquillo por el caso Gürtel Isabel Vega El juicio se suspende en espera de que su defensa acceda a toda la documentación de la causa y los nuevos escritos Y lo que ha explicado, a preguntas de la fiscal Concepción Nicolás, es que envió a Álvaro Pérez, alias El Bigotes, a abrir mercado en Valencia porque había entablado «una muy buena relación» con Camps y en la empresa, cundía la necesidad de nuevos clientes tras romper relaciones con Génova con la salida de José María Aznar. Algún abogado comentaría después que en este punto de la declaración, el expresidente de la Generalitat Valenciana se removía en la silla. Conforme ha explicado Correa, sólo le había visto en persona dos o tres veces. Una de ellas en la boda de la hija de Aznar y otra en el Hotel Fénix de Madrid, cuando le dijo que se iba a «llevar a Álvaro», aludiendo a que había encomendado al Bigotes ese abrir negocio en la Comunidad Valenciana. El objetivo era, conforme ha detallado, tanto contratar con el PP valenciano como hacerlo con la Administración a partir de esa «muy buena relación» que existía entre ellos. «Que hablase con Camps para que le diera más trabajo» «Yo presionaba a Álvaro en el sentido de decir, estamos trabajando con el partido pero creo que la Generalitat tiene cantidad de concursos y eventos en los que podríamos participar. Le presionaba mucho para que intentase introducirse en la Generalitat. Yo creo que tenía que hacer su gestión empresarial y contactar a Paco Camps o a los consellers y los directores generales para que le dieran trabajo», ha explicado. Ya ha preguntas de la defensa del propio Camps, ha reiterado esta posición. «Yo no estaba en Valencia, lo que sí le insistía a Álvaro es en que hablase con Paco Camps para que le diera más trabajo y él me decía que iba a verle y que le daría trabajo y creo que se lo dio. Imagino que a través de Paco Camps es como nos vino la visita del Papa y Fitur» , ha apostillado en referencia a otro de los contratos. Ha apuntado otros detalles, como que contrataron a Ignacio Blanch porque, según creía recordar, era «amigo de Camps» o que cada año estaban seguros de que al siguiente, también tendrían contrato de Fitur. «Éramos muy buenos trabajando». Al terminar, ha agradecido al tribunal que le exima de acudir al resto de sesiones del juicio, que se prevé dure varias semanas. «Si me dan el tercer grado, vuelvo», ha apostillado. Pagos fraccionados Después le ha tocado el turno a su mano derecha, Pablo Crespo, que igualmente ha alcanzado un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y así lo ha ratificado ante el tribunal. Ha declarado que Álvaro Pérez le decía que «tenía una relación muy estrecha en lo personal, que había química con Camps». «Al final Paco Camps no fue la persona que esperábamos que fuera», ha apuntado en otro momento de su declaración. Ya había declarado que contrataron a Ignacio Blanch para gerencia porque «venía recomendado» y cree que por el propio Camps o al menos eso dijo Pérez. Y también ha incidido en que utilizaban las distintas sociedades del grupo para el fraccionamiento de los pagos por los contratos y que era consciente de la «irregularidad». Eso sí, «siempre», ha dicho, se hacía a instancias de la Administración contratante. Las sesiones se reanudan la próxima semana.