Asma en primavera: siete trucos para hacer sus síntomas más llevaderos
El asma es la afección de las vías respiratorias en los pulmones más prevalente en España. Afecta a más del 10% de la población infantil y más del 5% de los adultos, lo que la convierte en la enfermedad crónica más recurrente en niños, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
El asma es una enfermedad reactiva de respuesta ante unos agentes externos que causan una inflamación en la zona bronquial que dificulta la respiración.
Según explica la Red de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, "estar expuesto a elementos en el ambiente como el moho o la humedad, algunos alérgenos como los ácaros del polvo y el humo de tabaco de segunda mano, se ha vinculado a la aparición del asma".
"La contaminación del aire y la infección viral de los pulmones también pueden causar asma, así como el polen tan frecuente en esta época del año y también en verano", añade el citado organismo.
Por su parte, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos añade los siguientes desencadenantes:
Incluso el relleno del edredón en personas sensibles a la proteína de las plumas de ave, puede provocar dificultades respiratorias crónicas.
Se manifiesta, sobre todo, con ataques recurrentes de sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos. La Clínica Mayo enumera los siguientes síntomas:
Al ser una enfermedad reactiva, la cura nunca es absoluta sino que se debe combatir controlando los agentes que la provocan y atenuando los síntomas. Con los tratamientos actuales, la mayor parte de las personas pueden controlar la enfermedad sin que se vean alteradas de forma significativa sus actividades diarias.
Sin embargo, en ocasiones no se logra este monitoreo porque algunos factores fallan, como la falta de diagnóstico y de adhesión terapéutica (de seguimiento del tratamiento por parte de los pacientes).
Mantenerla bajo control para ganar calidad de vida y perder limitaciones, especialmente en primavera que es cuando más se manifiesta —el frío invernal también puede desatarla—, implica una serie de estrategias.
La SEPAR expone una serie de señales que nos indican que el asma no está controlada:
Hay dos factores que permiten tener el asma raya. El principal es que la persona enferma esté en manos de especialistas que hagan un control estable en el tiempo sobre la evolución de su enfermedad. El segundo es que el paciente se tome en serio los medicamentos prescritos incluso en aquellas épocas en las que no se sienten los síntomas del asma. Es común sentir la falsa impresión de que tenemos la enfermedad bajo control.
Según el estudio Measuring Asthma Gina Control Study (MAGIC), más de la mitad de los pacientes asmáticos no están bien controlados, aunque solo el 7% es consciente de ello.
Para aminorar los síntomas es fundamental controlar bien el asma y esto pasa por estas acciones definidas por la SEPAR en la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA):
El autocuidado cobra especial relevancia cuando hablamos de asma porque es el que nos permitirá conocer la enfermedad, controlarla mejor, evitar tratamientos prolongados y evitar que la inflamación de los bronquios se alargue demasiado.
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