El ciclo del agua está cambiando en todo el mundo y los datos muestran que la sequía se ha convertido en « una emergencia sin precedentes a escala planetaria«, ha informado este viernes un organismo de la ONU. Sus impactos son »masivos« e irán a más con el aumento de la temperatura global. Es la conclusión del informe 'Global Drought Snapshot', lanzado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) al inicio de la Cumbre del Clima de Dubái, la COP28 . Tras recopilar los datos más recientes disponibles, el organismo concluye que pocos peligros hay que se cobren más vidas, causen más pérdidas económicas y afecten a más sectores de la población que la sequía. Al menos 1.840 millones de personas están afectadas por la sequía. Solo en 2022, en Europa la superficie afectada representó el equivalente al territorio de Italia y Polonia juntos, 630.000 km2. El 70% de los cultivos de cereales del Mediterráneo se han visto dañados por la sequía entre 2016 y 2018; mientras que en Argentina la caída de la producción de soja para este año se prevé en un 44%. Además, el 98% de los 32,6 millones de desplazados por desastres naturales fueron por fenómenos relacionados con el agua. Hay cambios «alarmantes» en el ciclo del agua, refleja el informe. Noticia Relacionada estandar No Cumbre del Clima: ¿Puede el mundo triplicar las renovables en ocho años? Isabel Miranda Comienza la COP28 de Dubái, donde casi 200 países debatirán sobre combustibles fósiles y buscarán un acuerdo para acelerar la transición energética «A diferencia de otros desastres que atraen la atención de los medios, las sequías ocurren silenciosamente, a menudo pasan desapercibidas y no logran provocar una respuesta pública y política inmediata. Esta devastación silenciosa perpetúa un ciclo de abandono, dejando a las poblaciones afectadas soportando la carga de forma aislada», ha dicho Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la UNCCD. «El informe dice mucho sobre la urgencia de esta crisis y la construcción de resiliencia global ante ella. Con el aumento de la frecuencia y la gravedad de las sequías, la disminución de los niveles de los embalses y la disminución del rendimiento de los cultivos, la continua pérdida de diversidad biológica y la propagación de las hambrunas, se necesita un cambio transformacional».