‘Écfrasis’, Alfredo Piquer Garzón, Premio Internacional Cuadernos del Laberinto de Pensamiento, llega a las librerías
De la cierta exégesis del libro se pone de relieve enseguida la importancia y el valor del objeto de los poemas de Juan Ramón: su esposa Zenobia. Dice el aforismo, en una derivación del sentido del francés "cherchez la femme", que "detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer". Y es el caso, porque Zenobia Camprubí, implicada durante la segunda república española en actividades que llamaríamos hoy feministas, bien es verdad que en una época en que solamente las mujeres que aunaban formación intelectual y posibilidades económicas se proyectaban hacia una labor altruista, pero de méritos sobrados en cuanto a su tarea y su actividad personal para destacar con brillo y entidad personal propios, quiso voluntariamente permanecer detrás de Juan Ramón y dejar al poeta la primera posición. Pero qué duda cabe además de que fue ella precisamente el acicate, el estímulo que empujó siempre la tarea del poeta. La puesta en relieve y en valor de la figura de la mujer no es algo que haya que buscar deliberadamente cuando se glosa la figura —por otro lado, fundamental— de Juan Ramón, sino algo que fluye y se manifiesta espontáneamente, precisamente por su propio relieve intrínseco.