Circolo Popolare, lo nuevo en Madrid de Big Mamma tras su éxito con Bel Mondo

Un lugar para disfrutar de una experiencia divertida, colorida, animada y hedonista. La excusa, la cocina italiana de buen producto y para compartir. Así es el nuevo restaurante Circolo Popolare , la flamante apertura en los bajos de Torre Picasso, en Madrid, del joven grupo Big Mamma, responsable del exitoso Bel Mondo en la calle Velázquez y de su hermano menor Villa Capri en la zona de Alonso Martínez. En este flamante local, van a lo grande. Ocupa un espacio de casi 800 metros cuadrados distribuidos en dos plantas del emblemático rascacielos del complejo empresarial Azca. Nada más traspasar sus puertas, comienza la inmersión gracias a la rotunda decoración que ya es marca de la casa en la empresa -Bel Mondo, inaugurado en 2020, triunfó entre otras cosas por su marcada ambientación, muy 'instagrameable'-. Aquí todo rinde tributo a su deseo de ofrecer un restaurante para pasárselo bien con amigos o en grupo, con largas mesas y sofás, el rojo como tono predominante, mucho estampado 'animal print' y terciopelos, neones, lámparas y botellas de colores en las paredes. Circolo Poppolare, el tercer proyecto de Big Mamma en Madrid, con las dimensiones de su exitoso Bel Mondo. Jérôme Galland La ocurrente vajilla (platos de cerámica con motivos azules, rojos y verdes; copas de animales para los cócteles y jarras felinas para las bebidas) también va en la línea de 'trattoria' del sur italiano, igual que su carta. Está compuesta principalmente de embutidos, pizza, pasta y postres, todos ellos de elaboración propia y con productos traídos de Italia , otra señal de identidad del grupo de restauración. Circolo Popolare está pensado para platos al centro, como su emblemática Torre Picasso (30 euros), una fuente con tres niveles que incluyen burrata, jamón y mortadela italianas, entre otros ingredientes para picar con 'gnocco' (pan) frito, o su pizza al metro (35), perfecta para mesas numerosas. En cuanto a la pasta fresca, su girella al rabo de toro (16) pinta como favorita y también triunfa -igual que en Bel Mondo- la carbomamma , los spaguettis servidos en la rueda de queso pecorino (33, para dos personas). Como en los otros dos restaurantes de Big Mamma, todas las recetas del chef Daniele Tasso son caseras. En este flamante espacio se elaboran en una cocina abierta a la sala, de donde salen también sus helados (5) y sus tartas, como el tiramisú de pistachos (10) o, nuevamente con la idea de compartir, a tono con el ambiente festivo del local, su il grande tiramisú (35). Pizza al metro, la pasta girella al rabo de toro y el entrante Torre Picasso. J.G. Quién está detrás La tercera apertura en Madrid de Big Mamma llega tras la compra de una participación mayoritaria en el grupo por parte de McWin , uno de los fondos especializados en restauración más grandes de Europa, propietaria entre otras empresas de AmRest, que gestiona importantes marcas propias y de franquicias. En la foto, Víctor Lugger y Tigrane Seydoux Circolo Popolare Dirección: Plaza Ruiz Picasso, 1, Madrid. Abre: Todos los días, comida y cena. Ticket medio: 40 euros. La operación -que se hizo en septiembre pasado, por 270 millones de euros- confirma el acierto de dos jóvenes socios, que se mantienen al frente de la compañía, los franceses Víctor Lugger y Tigrane Seydoux , quienes en 2015 abrieron su primer restaurante en París, aunque dedicado a la cocina italiana. Fue una pizzería de llamativo estilo y con capacidad para 250 comensales, que rápidamente triunfó. Llevan desde entonces 25 negocios, 2.500 empleados (la gran mayoría, italianos) y se han expandido a cinco países , entre ellos Reino Unido y España. Además de captar muy bien las tendencias del consumo y de su público objetivo (no hay más que entrar a sus locales para comprobar su gran ambientación), los dos emprendedores apostaron por materia prima de gran calidad gracias a una red propia de proveedores locales -unos 200 pequeños productores y cooperativas- con los que trabajan de manera directa para proveer a sus comedores de ingredientes como la harina, el queso, los embutidos o los tomates. Su salida al mercado europeo fue un proyecto que se tomaron muy en serio. Para abrir en Londres, Lugger se mudó allí. Para desembarcar en Madrid, lo hizo Seydoux. Vino aquí con su familia -mujer y dos hijos, la tercera nació aquí- hace cuatro años, para abrir Bel Mondo y sin hablar aún español. " Para abrir un negocio tienes que estar en el terreno , atender a lo local, entender el país, la ciudad y su cultura, ver cómo se vive la restauración", explica a Gastronomía ABC en un "español que es un caos, en cada hablamos en francés, yo con mi madre hablo en italiano y encima se me mezcla el inglés", confiesa. Pero además estaba en busca de una mejor calidad de vida. "Queríamos vivir en un modo más mediterráneo, fue una decisión también personal, una aventura familiar", añade. Explica la buena acogida de Bel Mondo por su ubicación y su comida, que de alguna manera estrenó el nuevo auge de la cocina italiana en Madrid . En cuanto a Circolo Popolare , se trata de un concepto que estrenaron en Londres en 2019, que Seydoux califica como "el proyecto más icónico de Big Mamma, el más conocido y visitado de la capital inglesa, en Google nada más tiene 250 mil búsquedas cada mes, y es que cuenta con un ambiente espectacular". No obstante, asegura que no son iguales. " Cada restaurante es un proyecto diferente , desde el diseño y la dirección artística hasta la cocina. Cada vez que abrimos uno tenemos miedo, porque no hacemos copia y pega de lo que funciona en un lugar en otro sitio", señala. "No sabemos exactamente cuál es la fórmula, aunque sí es importante para nosotros tener una relación calidad-precio y una experiencia muy atractivas y hacerlo de manera muy consistente en el tiempo: no abrimos un local para hacerlo bien tres meses, sino para construir negocios en la ciudad por treinta años como mínimo. También, hay una cierta energía que tenemos", reconoce el empresario, de 39 años. Y advierte: "el día que pensemos que tenemos un buen concepto estamos muertos. Este es un trabajo permanente de evolución. Para que nuestros clientes digan 'he pasado un buen momento, he comido bien, la atmósfera era muy simpática y acogedora' hay un trabajo muy duro detrás, en cada servicio ". Para él, experiencia y cocina van de la mano , así son sus locales y es lo que buscan sin disimulos. Por eso la decoración, que acomete un equipo interno del grupo, diez personas que trabajan en su sede londinense, es absolutamente clave. "Comer es lo más importante, si no está bien la comida no volveremos, pero queremos dar a nuestros clientes una experiencia global y en eso es clave la decoración, trabajamos mucho en esta parte creativa", indica. En cuanto a lo su oferta gastronómica , es claro: "cocina auténtica y generosa, una cocina italiana moderna, la que se come ahora allí también".