La dura vida de los Tercios embarcados en las naves de guerra
La propia incertidumbre de la guerra no era la única preocupación de los Tercios embarcados, la alimentación, la higiene o las enfermedades también generaban preocupación
Los tercios embarcados soportaron muchos padecimientos en las armadas de guerra de la Monarquía Hispánica en los siglos XVI y XVII, pues no hay que olvidar que pasaban largos meses de cautiverio marítimo y que la navegación se consideraba un negocio desesperado y espantoso. De ahí que las tripulaciones no estuvieran compuestas exclusivamente por personas de alta vocación marinera o militar. Hubo ladrones, aventureros, campesinos que huían de su vida familiar en el campo y hasta condenados por la justicia por bígamos u otros delitos. Especialmente grave fue el retroceso demográfico del siglo XVII, que obligó a los funcionarios reales a ser poco exigentes en el proceso de selección.]]>