La historia del Teleférico de Madrid y por qué va desde Argüelles a un cerro aislado en medio de la Casa de Campo
Abrió en el año 1969 gracias a la instalación de tecnología suiza entre sus dos estaciones: una en Pintor Rosales y otra en una pequeña elevación de la gran zona verde de la capital, que iba a estar conectada con el zoo de Madrid
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El año 1969 Madrid vivía una renovación absoluta. El Gobierno de la capital, encabezado por el entonces alcalde Carlos Arias Navarro, construía anchas avenidas y horadaba aparcamientos subterráneos para dar más espacio al coche, por entonces símbolo de modernidad ciudadana. Al mismo tiempo se disponía a inaugurar una zona de ocio en la Casa de Campo al estilo de las grandes ciudades europeas, con atracciones, un parque zoológico y un transporte aéreo único para llegar allí desde el centro de la ciudad.
La fecha para la puesta de largo de estas instalaciones era el día de San Isidro de ese año, pero para entonces solo se pudo cortar la cinta del Parque de Atracciones. El innovador transporte que iba a llegar a él, un flamante teleférico con un cable de 2,5 kilómetros, se retrasó un mes porque, al parecer, varios vecinos presentaron una reclamación judicial alegando que la nueva instalación no respetaba la intimidad de sus hogares, al pasar por encima de ellos.
Los problemas legales se solucionaron y en junio de 1969 las cabinas empezaron a circular entre el Balcón de Rosales, en Argüelles, y la estación de Casa de Campo. El proyecto se había empezado a elaborar en 1966 y había costado 100 millones de pesetas. Lo montó la sociedad Terosa (Teleférico de Rosales S.A.) y la tecnología venía de Suiza, país con amplia experiencia en este tipo de aparatos.
El proyecto se llamó inicialmente “Funicular de doble cable de Rosales-Casa de Campo” y, según consta en los archivos municipales consultados por Somos Madrid, la compañía que suministró los teleféricos fue la empresa suiza Von Roll, mientras la española TEA se encargaba del montaje, junto a Olabarria, que construyó la parte de obra civil. Las dos primeras citadas acabaron absorbidas por el grupo austriaco Doppelmayr-Garaventa, que fue el que se encargó de suministrar los repuestos de la instalación.
La explotación de este complejo se llevó a cabo mediante concesión privada a 35 años, que acabó extendiéndose hasta casi medio siglo después de la entrada en la operación de Parques Reunidos, la empresa que actualmente gestiona el Parque de Atracciones o el Zoo de Madrid.
Según cuentas publicadas relativas al año 2015, Parques Reunidos ingresaba 2,4 millones de euros anuales por la gestión del teleférico, pero solo aportaba al Ayuntamiento 8.776 euros como canon, el 0,36% de esa cantidad. En 2018, ya con gestión pública a través de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, que vino acompañada de un cambio de imagen, los beneficios llegaron casi a los 80.000 euros.
Los precios que iban desde los 6 euros por adulto para el billete de ida y vuelta. Los menores de cuatro años viajaban gratis. El servicio operó hasta el año 2023, fecha de su clausura. En total estuvo en activo 123.286 horas, según los informes municipales.
Una revisión técnica ese año, ya con Almeida como primer edil, determinó su parada, al principio de forma temporal y luego definitiva para afrontar una renovación integral, con demolición de todas sus instalaciones para construir otras nuevas. Su fecha de reapertura será a finales de 2026 o inicios del año 2027.
Por qué llega a un cerro sin conexión en la Casa de Campo
El trazado del teleférico de Madrid es extraño: llega desde un lugar sin una parada de Metro cercana (el balcón de Rosales) a un cerro aislado de la Casa de Campo, sin conexión cercana al transporte público ni lugares de interés aledaños. Para llegar al Parque de Atracciones, por ejemplo, es necesario caminar un kilómetro por una empinada cuesta, atravesando pinos y encinas. El Zoológico está aún más lejos, a unos dos kilómetros.
“Originalmente estaba previsto construir un monocarril que uniría dicha estación con ambos parques”, explican los informes municipales consultados. El proyecto inicial del Ayuntamiento de Arias Navarro incluía construir un monocarril aéreo que conectara la estación del teleférico en Casa de Campo con el Parque de Atracciones y el Zoo, pero su trazado nunca llegó a cristalizar.
