Daniel Luque, exultante tras abrir la Puerta del Príncipe: «Esto es un sueño»
Exultante, con una alegría inmensa apenas unos minutos después de cortar su segunda oreja y recibir los aplausos continuados del respetable en la Maestranza, Daniel Luque ha hablado desde el corazón: «No tengo palabras para describir este momento. Ha sido increíble. No voy a tener tiempo para devolver todo este cariño. Esto es para mi padre. Esto es un sueño«. También tras el primer toro, y con las mismas sensaciones de satisfacción, ha señalado, que la inspiración de la Maestranza le ayudó a darlo todo: »Yo veía que el toro estaba al limite. Hay días en los que esta plaza te transmite no guardarte nada dentro. Le hemos apurado con el capote. Hay momentos que hay que tirar adelante, sin guardar nada. Lo he matado bien«, ha explicado en OneToro TV. Por su parte, Diego Urdiales, ha reconocido después de cortar una oreja a su primer toro, Pantomima, que se había sentido de una manera muy especial, tanto por el cariño de la afición, como por su actuación, muy cuidada: «Ha sido un toro agradecido. Pensábamos que no iba a aguantar. Yo creo que las caricias le han venido bien. He disfrutado mucho con él. Ha sido muy especial.« Algo más neutro, sin dejarse llevar y controlando más sus declaraciones, se ha mostrado tras su segundo en una corrida en la que el toro no le dio facilidades: «Había que hacerlo despacio por la falta de ritmo. No tenía ganas de empujar. En lo personal, y también mis compañeros, nos hemos entregado para la tarde que Sevilla merece siempre. ¿Feliz? Sí, estoy muy feliz». También Alejandro Talavante se ha mostrado con su mejor talante, igualmente, tras cortar una oreja en su primer toro: «Creo que ha habido muletazos muy hondos. El toro ha tenido muy buen fondo. Tenía ritmo. No quería mover mucho al toro porque esta plaza es muy grande y se desgastan pronto». Sin embargo, y de más a menos, sus palabras cambiaron para mostrar cierta decepción tras su segundo toro. «Es una pena. Era una oreja importante. El toro ha sido alegre, pero el final se ha complicado. El toro no quería exigencia. Siempre sacaba la cara y protestaba».