A la Virgen María de la Alegría
Virgen Soberana de la Alegría, hoy me postro ante ti, con devoción, al contemplar Tu henchido corazón superadas las penas que tenía. Porque hoy mismo, dulcísima María, que sigues a Jesús con ilusión, muestras el Rostro lleno de emoción al cumplirse lo que Él mismo decía.