Moncloa ‘amortiza’ el puesto de número dos de Comunicación tras la dimisión de Alberto Pozas
Según ha podido confirmar Confidencial Digital por fuentes próximas a La Moncloa, el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, tiene decidido dejar vacante hasta las elecciones del próximo 28 de abril el puesto que abandona Alberto Pozas como director general de Información Nacional.
Esta dirección general es una de las tres que dependen de la Secretaría de Estado de Comunicación, según se estableció en el Real Decreto 419/2018, de 18 de junio, por el que se reestructura la Presidencia del Gobierno, aprobado tras la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. Son la Dirección General de Información Nacional, la Dirección General de Comunicación y la Dirección General de Información Internacional.
El Gobierno aceptó el pasado viernes la renuncia de Pozas, que había presentado el jueves su dimisión después de que el comisario jubilado José Manuel Villarejo lo acusara de haberle entregado un pen drive con los datos del teléfono sustraído a una asesora de Pablo Iglesias, líder de Podemos. En momento de esa entrega de Villarejo, Alberto Pozas era director de la revista Interviú.
“Estoy siendo utilizado para atacar al Gobierno y al presidente. Y eso no lo puedo permitir”, afirmó Pozas el viernes en un comunicado, quien ha sido citado a declarar este lunes como testigo en la instrucción del caso. “La situación me impide poder siquiera opinar sobre lo que está pasando”, añadió.
El magistrado Manuel García-Castellón, titular del Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional número 6, mantiene secreta la pieza donde investiga el supuesto espionaje y guerra sucia contra la formación morada.
“A partir de ahora espero que pueda redimensionar el asunto que me ha atropellado. Que quienes han creído que podían mezclar mi nombre con la conocida como policía patriótica vean que estaban muy equivocados, algunos a sabiendas”, explicó el ya ex director de Información Nacional.
En el comunicado, Pozas detalló que, antes de aceptar el puesto en La Moncloa, se hizo un breve repaso de las cosas pendientes que heredaba de la dirección de Interviú. “Y en ningún momento fui capaz de valorar que, un asunto que en otras circunstancias podría ser menor, fuera a convertirse en una especie de bomba informativa en plena campaña electoral”, apostilló.
“Pensé que conocía la política, pero he aprendido una nueva lección: con las urnas cerca, hasta el arco iris puede verse en noche cerrada”, continuó, antes de asegurar que “la tinta del calamar” está despistando a algunos para que no puedan “perseguir” al propio calamar.