No hay huevos a vender huevos
Un señor, en un bucólico pueblecito de Austria, abre una puerta rústica forrada en madera y con un póster enorme de unas gallinas. Tras ella, se desvela un frigorífico con distintos tipos de huevos, guardados en cajas de cartón, y con varios carteles donde se indica su precio, según la clase. El señor coge una caja, cierra el frigorífico y deposita el dinero a través de una ranura que hay al lado, en un cajón de madera. Nosotros vemos esto en un vídeo y nos parece una película de Steven Spielberg. La gente comenta que si hacemos algo así en nuestro país no queda ni el cajón ...