Pablo Aguado nos deja con la miel en los labios en Las Ventas
La Tauromaquia es una de las poquísimas artes en las que un joven, en una sola tarde, en Sevilla o en Madrid, puede consagrarse como primera figura; incluso, en algún caso, influir en el curso de ese arte. Para los aficionados al fútbol, algo así como si un jugador marca el gol decisivo en una final de Copa de Europa. Eso le sucedió a Pablo Aguado, el viernes 10 de mayo, en la Plaza de los Toros sevillana: cortó cuatro orejas y abrió la Puerta del Príncipe. La sorpresa fue relativa: conocíamos... Читать дальше...