El Cabo, refugio del botellón
El Cabo de las Huertas lo ha pasado y lo sigue pasando mal. Las mañanas en este paraje durante las fases que permitían salir eran deplorables, los vecinos se chocaban irremediablemente con los restos de grupos de adolescentes que se escondían para hacer botellones al margen de la policía y se marchaban de vuelta sin recoger la suciedad, dejando botellas, latas, bolsas y vasos de plástico sobre las rocas. Un incivismo que se ha venido repitiendo durante el resto del verano con corros camuflados de los agentes en zonas de difícil acceso. Cala Cantalar, Cala de los Judíos y Cala Palmera, sufren hoy las secuelas de un verano sin usar papeleras con imágenes impactantes de basura acumulada. Los habituales del entorno lamentan profundamente el estado de las calas tras una época estival con más afluencia que nunca.