Ábalos, un mal enemigo
«No voy a dimitir de mi escaño, me voy al Grupo Mixto. Me quedo para obligar a los que me echan a mirarme a los ojos». José Luis Ábalos terminó su intervención sin anunciar su dimisión, como había ordenado el cabecilla de la mayor organización criminal de España. En ese momento a Pedro Sánchez se le debió de hinchar la vena y su mandíbula crujía al apretarla con tanta rabia. Probablemente apartó su puño del rostro lanzando alguna orden colérica hacia su equipo, de comunicación o del CNI. Una persona... Читать дальше...