Alcaraz vence en Argentina y sonríe tras 100 días de calvario
Como el talento precoz que es, hasta hace muy poco el aún adolescente Carlos Alcaraz (El Palmar, 2003) únicamente conocía el prisma de la euforia y la belleza de este deporte. Con un tenis de ensueño y una tonelada de descaro juvenil, en la temporada pasada levantó sus primeros Masters 1.000 (Miami y Madrid), recibió mil elogios, tocó el cielo en Nueva York y se convirtió en el número uno más joven de siempre. Sin embargo, tras el verano, como un vendaval, vivió en sus carnes las amarguras del deporte de élite. Читать дальше...