Jugador de Saprissa traga grueso al explicarle a su hija por qué se lesiona tanto
Las lesiones no lo dejan en paz. Sale de una y aparece otra, es un tormento que empezó a sufrir desde enero del año pasado. En un año las dolencias lo sacaron en cinco ocasiones de los terrenos de juego.
A él le duele verse lejos de las canchas y clama para que las lesiones no lo perjudiquen más, es positivo y le pide a Dios no lidiar con ningún trauma, porque según reconoció Ricardo Blanco, lateral de Saprissa, una de las cosas que más le cuesta es tratar de explicarle a su hija por qué está lesionado.
La pequeña Antonella de seis años se le acerca y le pregunta, papá por qué te lesionas tanto.
“Mi hija ya entiende un poquito más y cuando me pregunta por qué estoy lesionado, uno traga grueso y no sabe qué decirle. Cómo explicarle, pero son pruebas que Dios me envía y debo superarlas”, dijo Ricardo.
Así como Antonella tiene la interrogante sobre las lesiones de su padre, la puede tener él y cualquier seguidor morado, ya que Blanco se lesionó en enero del 2022 al sufrir dolor en el bíceps femoral derecho (zona del muslo).
En febrero de ese año tuvo una lesión en los isquiotibiales (músculos que ayudan a extender la pierna hacia atrás y doblar la rodilla) mientras estaba con la Selección Nacional.
En junio presentó una ruptura parcial del tendón aquiles izquierdo, en setiembre 2022 padeció una distensión muscular del isquiotibial derecho (tirón muscular) y en la fecha tres del presente campeonato, sufrió una ruptura muscular que compromete más del 90% del músculo recto femoral izquierdo (porción del músculo cuádriceps que se localiza en el muslo), con la agravante de que también se vio comprometido el tendón del músculo.
“Me habían puesto de 10 a 12 semanas fuera de las canchas, pero yo siempre trato de ser positivo, ya voy a cumplir cuatro semanas y siento que he mejorado. Es un proceso lento, pero el trabajo más importante que quiero hacer es el mental. Trato de ser positivo, me hacen un estudio de control en una semana y la fe en Dios es salir mucho mejor de lo que esperaba”, afirmó Ricardo.
Blanco añadió que todo lo ve como pruebas que Dios le envía y por eso con paciencia y el apoyo de Antonella y su esposa Brenda Calvo, trata de superar las dificultades.
“Asumo esto sin reproches, son cosas que me pasan y debo lidiar con ellas, además, mentalmente debo ser fuerte para cambiar algunas cosas.
No puedo mostrarme débil, porque si soy débil, la lesión va a durar más y la parte mental es muy importante”, indicó el jugador saprissista.
Blanco resaltó que se sentía bien, se cuidaba y no tenía dolores, pero en el partido ante Puntarenas en el Estadio Ricardo Saprissa, hizo un pique y debió pedir el cambio.
“Quería jugar todos los partidos y de un pronto a otro siento eso y el cuerpo no me mandó ningún mensaje. Iba en un pique y a lo último sentí algo y paré, pedí cambio, porque sabía que me había pasado algo, pensé que era algo pequeño y después en los exámenes salió que era algo grande”, explicó Ricardo, quien debe guardar mucho reposo.
“Es una lesión un poco extraña y lo que me recomiendan es no esforzarme porque el tendón es una zona complicada, o sea cero movimientos, porque si el tendón se llega a romper ya sería más serio. Debo estar quedito, que es difícil, pero quiero recuperarme lo antes posible y debo cumplir las reglas”.
Sacrificios
Ricardo no tiene una explicación a sus constantes lesiones, incluso cree que manejar tantas horas porque vivía en Poás de Alajuela y debía trasladarse a Curridabat donde entrena Saprissa en el Centro de Alto Rendimiento, esto podría afectarle, por eso junto a su familia cambió de vivienda y se fue a vivir cerca de donde entrena el equipo.
“No sé si esto se produce por entrenarme más de la cuenta, hemos valorado todo, también he manejado mucho, hicimos el sacrificio de dejar la casa y vivir cerca del centro de entrenamiento a ver si es eso.
Me duele, construí mi casa allá (Poás) y ahí estaba la vida de mi hija, su escuela, su estudio, pero ellas (Antonella y Brenda) me apoyaron y venimos cerca para dejar de manejar tanto”.
Como mencionó, el defensa no se queja, quiere ser ejemplo para su hija, que lo vea con buena actitud en los momentos difíciles, pero anhela estar tranquilo, jugar y entrenarse sin temor a que aparezca otra lesión.
“He sufrido golpes muy duros que me han ayudado a madurar y esta es otra prueba más y no reniego nada. Dios sabe por qué me da esto.
Ojalá esta lesión sea la última prueba para tener mi recta final de la carrera en buenas condiciones y dejar las lesiones de lado.
He hecho sacrificios, pero Dios tiene el control de todo y ojalá este año ya sea la última lesión y que vengan solo cosas buenas, porque me gusta estar dentro de la cancha, esforzarme, aportar mi granito de arena y ahora solo puedo acompañar a los compañeros”.
Al inicio de la lesión no fue fácil para Blanco, quien no podía subir escaleras o caminar, pero ahora él se ve retornando en este torneo a los campos de juego.
“Dios sabe y algo me dice que sí voy a estar para este certamen, lo siento, me he cuidado al máximo y he respetado lo que ha dicho el cuerpo médico. Hay días que tengo doble terapia y otros son de descanso para no exponer el músculo”.
Ricardo Blanco se aferra a la paciencia, desea regresar y hacerlo con la misma intensidad que lo hace durante la preparación o en los partidos.
“El día que no me esfuerce en un entrenamiento o en un partido, mejor me retiro porque eso no lo voy a cambiar, es mi fortaleza”, sentenció Ricardo.