Diálogo para comprender esencias

HOLGUÍN.— Haber pasado parte de su niñez en el campo y asistir a una escuela rural hasta los diez años pudiera explicar sus «escapadas» de vez en cuando a Los Haticos de Báguanos, paraje donde fue acogida por su familia materna en la primera morada que ocupó, próxima a la Loma de la Gloria, junto a uno de esos palmares que recrean la atmósfera campestre que le recuerdan los hogares del municipio de Antilla.

Pero Yanisleydis Martínez Peña no puede desentenderse de sus funciones como directora del periódico ¡Ahora! durante ese tiempo ajeno a lo citadino. A las ocho páginas que llevaron su «OK» la noche anterior acude en esos sábados para releerlas casi de memoria, comprobándolas bien editadas y con esa sustancia holguinera y cubana que necesitan. Tampoco deja de ser la madre de Carol y la esposa de Ridel Ernesto durante su reposo baguanense.

Por estos días, en lo que define como otra travesía personal, sus escapadas han sido a Antilla, pero no para descansar, sino en calidad de candidata a diputada al Parlamento por ese municipio, para recorrer centros de trabajo y estudio, instituciones de Salud, barrios y comunidades. Para escuchar lo que late en los pechos antillanos. Para dialogar y comprender lo que siente un pueblo esperanzado.

—¿Crees que la dualidad pertenencia-acción en el encargo asambleario debe reforzarse?

—Ser candidata es una altísima responsabilidad. Sobre todo porque el país espera mucho para estos cinco años que están por delante. Se precisa avanzar en dirección al progreso, que es lo que ansían varias generaciones de cubanos, con énfasis en los jóvenes, y en buena medida ese anhelo será responsabilidad del Parlamento, que discute las leyes, toma medidas y decide el rumbo de la nación.

«Por eso la cuestión no es solo pertenecer, sino tomar partido. Discutir, debatir y no dar la impresión, como muchas veces se ha cuestionado, de que en la Asamblea Nacional solo se levanta la mano y se aprueba lo que otros proponen. Ese es un espacio propositivo, pero hay que demostrarlo.

«Los jóvenes que ocupamos un puesto en nuestros territorios estamos en posición de decidir, de impulsar proyectos, y tenemos el deber de hacernos ver y sentir en el Parlamento, de convidar a esa juventud que no encuentra manera de materializar sus proyectos y aspiraciones, para que pueda percibirlos como posibles en su tierra.

«Debemos probar que es viable realizarnos individualmente, materializar nuestros sueños y a la par emprender cosas interesantes por el bien de nuestro pequeño marco familiar y de todo el país. Que somos capaces de ser felices y mostrarnos de ese modo en las redes sociales, en los medios de comunicación, en el intercambio personal directo. Que miramos al futuro con alegría, aunque hoy las condiciones no sean ideales».

La joven directora junto a su pequeña Carol.Foto: Tomada del perfil en Facebook de la entrevistada.

—Desde la prensa, ¿cuánto puede hacerse para dejar de ver resentido el optimismo?

—En la prensa experimentamos varios cambios ahora. Existe un movimiento de renovación en las estructuras de gestión de los medios y de las políticas que rigen su funcionamiento, y también de índole tecnológica, que es muy necesario, porque las nuevas generaciones de periodistas han visto envejecer nuestros periódicos y ya damos una imagen arcaica u obsoleta.

«Eso se está transformando en este 2023 y yo lo veo como otra oportunidad para inyectar optimismo y mostrar que hay un futuro cercano en el que será posible concretar casi cualquier proyecto dentro de la Revolución. Vamos a tener posibilidades, desde la nueva Ley de Comunicación Social, de impulsar nuestras ideas, y para eso necesitamos también un potencial humano creador, innovador.

«El cambio generacional en la prensa no se dará solo con redacciones repletas de jóvenes para asegurar créditos modernos. Ha de verse además en los contenidos, que deben reflejar las preocupaciones de ese potencial en crecimiento. Es hora de movernos mucho más hacia las nuevas plataformas digitales, la producción de multimedias, la interacción en redes sociales; de incorporar conceptos novedosos y fáciles de manejar para los menos entrados en años.

«Sin despreciar la experiencia, los principios y la ética de quienes han dejado su legado profesional, debemos impulsar nuevas formas de hacer para no quedarnos rezagados con respecto al mundo ante nuestros lectores y consumidores.

«El proyecto de Ley de Comunicación Social, que abarca la prensa y la comunicación institucional y organizacional, está mejor logrado en su nueva versión porque refleja esa simbiosis. Faltaría ver el reglamento que instrumente cada pauta y oriente cómo aterrizar en la práctica».

—Ya el Poder Popular y Yanisleydis Martínez han coincidido…

—Apenas estoy comenzando este camino como candidata, aunque tengo una experiencia como delegada de circunscripción en la comunidad de Villa Nueva, en otro mandato. Entonces pertenecí a la Asamblea Municipal del Poder Popular en Holguín y conocí el trabajo en la base.

«Hoy asumo esta nueva tarea por interés provincial y además fui nominada por el municipio de Antilla, territorio bastante alejado de la cabecera provincial. Todo eso será interesante para tener otras ópticas. Por ejemplo, en los recorridos por las comunidades y el intercambio con miembros de sectores sensibles hemos encontrado escenarios muy enriquecedores, tanto para la misión como probable diputada, como para mis funciones de dirección en un medio de prensa. He valorado otras realidades, he conocido a personas que viven en casitas rodeadas de palmas y son muy felices. Ahí te das cuentas de que en tu público lector existen cubanos así, y para ellos hay que escribir».

—En Antilla los últimos años han sido dinámicos. Se han implementado objetivos de desarrollo y transformaciones socioeconómicas. ¿Ya te has involucrado con esas realidades?

—Antilla vive un momento peculiar. Ha sido muy positivo involucrarme con las novedades en esa demarcación, que a raíz de la nueva división político-administrativa (aprobada en julio de 2022) triplicó su extensión territorial y la cantidad de población al asumir territorios de dos municipios colindantes: Báguano y Banes.

«En Antilla predomina el ámbito rural, pero ahora se añaden otras formas productivas y actividades económicas, y eso impone un reto para las autoridades locales y para sectores como Salud o Educación, urgidos de gestionar un universo de nuevas cuestiones.

«Sé que aumentaron los renglones productivos, las áreas cultivables y ganaderas, incluso las dedicadas a la caña. Se duplicó la cantidad de consultorios médicos; antes había un solo policlínico y ya son dos... Es decir, las instituciones tambien crecen.

«En cuanto a lo cultural, el otro candidato de ese municipio es Yovannys Manzanet, delegado de circunscripción hace más de una década, quien proviene de la rama del deporte. Él, con su apego al terruño adoptivo (es banense de nacimiento), me ha aportado mucho en la comprensión de la idiosincrasia, las leyendas populares, las historias y aniversarios locales».