Alicante, capital Bilbao
Más triste que un torero al otro lado del telón de acero, que diría Sabina, me han parecido siempre los adornos de Navidad la mañana del 7 de enero. Ese árbol con sus bolas y sus luces, ese espumillón, ese acebo que durante todas las fiestas han aportado un toque cálido al hogar, se me antojan desabridos y desangelados cual domingo por la tarde en cuanto la zambomba da paso a la cuesta de enero.