«Utilizar la inteligencia artificial para todo puede hacernos menos inteligentes»
Cuando lanzó una nueva versión de su primer gran proyecto -el navegador Opera 8- este programador y empresario islandés proclamó que, si alcanzaba el millón de descargas, cruzaría a nado el Océano Atlántico. El servicio alcanzó la cifra en solo tres días y el entonces CEO de la compañía se lanzó al mar: apenas estuvo unos segundos en las gélidas aguas de Noruega, pero trató de cumplir su promesa.