Desde que al PSOE Pedro Sánchez le amputó la 'E', que era la sigla de español, para troceársela a los nacionalistas catalanes y vascos y que no se les atragantara, al partido no lo conoce ni la madre que lo parió. Mucho menos Alfonso Guerra. Tampoco Felipe González. Queda de aquel PSOE nada más que las siglas y la 'E' la han vendido de saldo a la puerta del Congreso como si la Carrera de San Jerónimo fuese el Rastro. «¡Me la quitan de las manos!», le decía el presidente a sus socios. «¡Español, muy fresco... Читать дальше...