Elon Musk y sus nuevas normas en Twitter despiertan el interés por las redes alternativas

Elon Musk entró en las oficinas centrales de Twitter el pasado 26 de octubre portando un lavabo como metáfora de la “limpieza” que pretende hacer en la red social. Sin embargo, su desembarco en la plataforma de microblogging —cuya compra lleva aparejada una deuda de casi 13.000 millones de dólares— ya ha provocado que algunos anunciantes se vayan por el sumidero en busca de alternativas a Twitter.

En un contexto de incertidumbre respecto al rumbo que va a tomar la red social, más allá de los ocho dólares para tener una cuenta verificada o los eslóganes de “mayor poder para el pueblo”, empresas como General Motors o el grupo Volkswagen han decidido darse un tiempo e interrumpir sus actividades pagadas en Twitter. Es decir, dejarán de pagar por publicidad.

Mastodon, una red social alternativa que aprovecha el desencanto con Twitter

Al margen de las cavilaciones sobre si se trata del ocaso de Twitter o, por el contrario, de una época gloriosa, el diario británico The Guardian se hizo eco del crecimiento que estaban experimentando algunas redes sociales alternativas tras la operación de Elon Musk. Una de ellas es Mastodon, cuya interfaz puede recordar a Twitter, aunque su funcionamiento y lógica difieren notablemente.

Quizás su principal característica sea que, además de ser una red de código abierto y descentralizada, los usuarios no están en un espectro estático como en Twitter, sino que existen diferentes estancias temáticas y alternativas —como ocurre en algunos foros— que gestionan los propios usuarios y que permiten centrar la conversación en cuestiones concretas.

Detrás de Mastodon está el alemán Eugen Rochko, un joven desarrollador nacido en 1993 que, en declaraciones a la CNN, dijo haber llegado a los 655.000 usuarios activos a finales de octubre. Según publicó Rochko en su propia red social, más de 70.000 usuarios se unieron a Mastodon en un solo día tras el anuncio de compra a Twitter por parte de Elon Musk.

Sin embargo, el número de personas activas en Mastodon es mínimo en relación con Twitter como para ser considerada una alternativa real a día de hoy. Según la agencia de noticias Reuters, Twitter tiene 238 millones de usuarios activos monetizables con datos del segundo trimestre de 2022, un volumen 360 veces mayor que la red desarrollada por Rochko, cuyos usuarios no son monetizables, según su propio fundador.

Jay Graber, la CEO que prepara una red social alternativa con un ex de Twitter

Otra de las redes sociales que ha sido presentada como alternativa a Twitter es Bluesky Social, comandada por la desarrolladora de criptomonedas Jay Graber, su CEO. Este proyecto, que ya existe en versión beta, fue impulsado por Jack Dorsey, cofundador de Twitter. La intención inicial era crear un modelo descentralizado de la plataforma de microblogging.

El New York Times definió Bluesky como una plasmación del idealismo con el que podría haber nacido Twitter, de manera que esta red social abogaría por un modelo descentralizado en el que los usuarios establezcan sus propias reglas de moderación en comunidades; todo ello, unido al componente de las criptomonedas para conseguir monetizarlo. «Si Bitcoin hubiera existido antes que Twitter, creo que veríamos modelos de ingresos muy diferentes», defendió Jack Dorsey a principios de 2022.

Algunos medios de comunicación españoles han presentado el nacimiento de Bluesky como una respuesta a la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk, pero no es así. El proyecto se remonta a 2019, cuando Jack Dorsey habló de él por primera vez siendo todavía directivo de Twitter.

A fecha de publicación de este artículo, la red social Bluesky solo está disponible en versión beta, por lo que no es de libre acceso. Según datos de la propia plataforma hechos públicos el 20 de octubre de 2022, existe una lista de espera de 30.000 usuarios para acceder a la red social.

Discord, otra red social que funciona por comunidades temáticas

Una alternativa a Twitter que sí está muy extendida es Discord. Esta red social funciona por comunidades temáticas como si fuera un chat de un foro. Tuvo un crecimiento muy notable durante la pandemia de la COVID-19 para comunicarse durante las medidas de distanciamiento social que adoptaron muchos países para detener los contagios.

Según el New York Times, Discord tenía en 2021 más de 150 millones de usuarios activos frente a los 56 con los que contaba en 2019. Sin embargo, lo curioso de esta herramienta son sus orígenes, que están estrechamente ligados a la comunidad de jugadores de videojuegos en línea, los conocidos como gamers.

Los fundadores de Discord son Jason Citron y Stan Vishnevskiy. El propósito inicial de Citron era crear un videojuego, pero se estancó. Para su desarrollo había planteado un chat para que los jugadores interactuaran entre sí mientras jugaban; ese fue el diamante que acabó explotando para crear Discord, una plataforma que en 2021 tenía un valor de 14,7 mil millones de dólares. Aunque Discord es una herramienta gratuita, existe una suscripción que da acceso a algunas funcionalidades exclusivas.

Otras redes relacionadas con la ultraderecha y la desinformación

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump fue desalojado de Twitter en enero de 2021 tras el asalto al Capitolio. La red social tomó la decisión ante las sospechas de que sus mensajes podrían haber alentado la violencia tras las elecciones presidenciales, que dieron la victoria a Joe Biden y que Trump se negó a reconocer.

Pronto puso en marcha Truth Social, su particular alternativa a Twitter que, lejos de convertirse en una plataforma de amplio espectro, quedó reducida a un foro de extrema derecha en el que el expresidente da coba a teorías de la conspiración como la que propaga QAnon.

Tal y como publicó la revista TIME, ese es el principal problema de esta red social: que tan solo sirve como plataforma de eco para su principal impulsor. Según el citado medio, su crecimiento está estancado porque no atrae a un público amplio y diverso, sino que el nicho está muy limitado a los seguidores de Trump. “Si no atrae a las masas, no va a ser rentable”, dijo el profesor Ryan Neville-Shepard, de la Universidad de Arkansas, a TIME.

En contraposición a Twitter, otro espacio que sirve como red social alternativa de la ultraderecha y la desinformación es Parler, una plataforma a la que varias investigaciones también han relacionado con las teorías de la conspiración y que sirvió de caldo de cultivo para el asalto al Capitolio de 2021.

Ante la moderación de contenidos de las grandes redes sociales como Twitter y Facebook, que prohíben contenidos violentos y sancionan a los usuarios que difunden desinformación, investigaciones apuntan a que Parler es terreno abonado para diseminar el discurso del odio bajo el supuesto amparo de la “libertad de expresión”. A mediados de octubre se hizo público que el polémico rapero Kanye West comprará Parler para, según la propia compañía, “continuar la lucha contra la censura, la cultura de la cancelación y el autoritarismo”.